Todos, niñas o niños, tienen necesidades
educativas diferentes. La escuela y el maestro emplean una serie de recursos
para satisfacerlas (textos, materiales, metodologías etc.). Cuando estos
recursos resultan insuficientes para satisfacer dichas necesidades debido a sus
características específicas, es cuando pueden considerarse especiales. Así, se
reconoce que todos son diferentes, con intereses, ritmos y estilos de
aprendizaje distintos; en este sentido, se dejó de considerar que el niño tiene
un problema que debe ser resuelto y, en cambio, se asumió que tiene algunas
necesidades que la escuela no pueden satisfacer con los recursos que utiliza
habitualmente.
El primer paso para abrir
mayores posibilidades de desarrollo de los niños con necesidades educativas especiales fue promover su inserción en las
aulas regulares. La inserción del niño debe conducir, como resultado de la
reflexión, la programación y la intervención pedagógica sistematizada, a su
integración; además de inscribir al alumno en la escuela regular es necesario
ofrecerle, de acuerdo con sus necesidades particulares, las condiciones y el
apoyo que precise para que desarrolle plenamente sus posibilidades. Sólo de este modo la inserción se convierte
en integración.
Una
de las condiciones para impulsar la integración educativa es el conocimiento de
elementos para el diagnóstico de la situación personal de cada alumno, de la
influencia que ejercen en el desarrollo de sus capacidades el entorno familiar,
escolar y social, así como de estrategias específicas de atención para
favorecer una relación adecuada y estimulante con sus compañeros en el aula, en
la escuela, y en el desarrollo de sus
potencialidades.
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La
integración educativa demanda,
además, la transformación de la organización de las instituciones escolares y,
especialmente, de las prácticas de enseñanza y de evaluación; por estas
razones, no puede ser establecida sólo mediante medidas de información, cambios
legales o administrativos. Es imprescindible que tanto los profesores de las
aulas regulares como los profesionales de educación especial cuenten con las
condiciones, conocimientos, habilidades y actitudes propicias para llevarla a
cabo.
Bibliografía
-Antología
de Educación Especial. (Enero 2000). Evaluación del factor preparación
profesional. Carrera magisterial. SEP.
-
García l., Escalante l., Escandón M., Fernández G., Puga y Mustri, T. (1994). "Fundamentos
filosóficos y principios básicos de integración educativa". La integración educativa en el aula regular.
Principios, finalidades y estrategias. México-España. SEP-Fondo Mixto
de Cooperación Técnica y Científica.
-Programa
Estatal de Fortalecimiento de la Educación
Especial y de la Integración
Educativa Guerrero. (2005). SEP.
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